Ideas innovadoras y nuevos negocios
Estonia: Negocios y bienestar
Las empresas necesitan reinventarse, generar ideas, desarrollar líneas de negocio e innovar
Un problema que preocupa a empresas grandes y pequeñas es el agotamiento de sus modelos de negocio que, a través del tiempo, van dando síntomas de estancamiento. Sin embargo, dentro de todas las organizaciones existe un tipo especial de talento humano que está dispuesto a aportar ideas y trabajar en ellas: los intraemprendedores. Aunque suelen ser perfiles complejos de gestionar, la realidad es que se trata de uno de los activos más valiosos de cualquier organización, ya que no solo son capaces de adaptarse al cambio, sino que ellos mismos lo promueven. Lo que a medio o largo plazo puede ser la diferencia entre un declive progresivo de las ventas o una nueva y prometedora línea de negocio que salve la empresa. Sin duda es una buena idea innovar a través de los intraemprendedores. Un intraemprendedor reúne lo mejor de ambos mundos: es un empleado comprometido que está dispuesto a aportar ideas y emprender dentro de la empresa.
El intraemprendimiento, es el acto de llevar adelante una actividad emprendedora al interior de una organización existente, con el fin de fomentar el empleo y la competitividad. Generalmente, esta acción está relacionada con la innovación en la estrategia de producto o servicio, el lanzamiento de una nueva unidad de negocio o gama de productos, el desarrollo de nuevos productos o nuevos atributos de este. Son capaces de desarrollar un comportamiento emprendedor, bajo el respaldo de la empresa, a través del descubrimiento, evaluación y explotación de nuevas oportunidades de negocio. Este tipo de personas se sienten identificadas con la cultura de la empresa y hacen suyos los objetivos corporativos, en lugar de optar por abandonar la empresa y lanzar su idea de forma independiente. Se trata de personas que reúnen lo mejor de ambos mundos: son emprendedores capacitados de asumir riesgos, en la orientación al logro, en la autoconfianza, en el enfoque en objetivos, en el trabajo en equipo y bajo presión, en el olfato para las oportunidades, en el compromiso con un objetivo común, en la perseverancia, en la organización y en la planificación. y a la vez son empleados comprometidos con la empresa, donde el emprendedor y el intraemprendedor comparten valores y están alineados con el objetivo de la organización.
La cultura del intraemprendimiento se está empezando a consolidar en algunas compañías como un tipo de movilidad interna. Sin embargo, en algunas empresas, en especial las de gran tamaño siguen prefiriendo los métodos clásicos, y señalan al a este fenómeno como una implicación de cierto grado, ya sea pequeño o grande, de pérdida de control; lo que no suele gustar, ya que el emprender implica equivocarse, fallar, errar, lo que la mayoría de las empresas manifiestan aversión al cambio. Sin embargo, vivimos en una época de cambios y de incertidumbre. Este tipo de actitudes y con mayor libertad que tienen ciertos empleados es más común en pequeñas organizaciones y las más jóvenes, que a partir de la creación de módulos de innovación, los empleados pueden lanzar sus propios proyectos que posteriormente se pueden incorporar en la estrategia corporativa. Una empresa donde exista esta posibilidad, servirá para sus empleados crear sus propias oportunidades de crecimiento y liderar proyectos que los motiven. Las empresas necesitan reinventarse, generar nuevas ideas, desarrollar nuevas líneas de negocio, aprender e innovar. En este sentido las personas comprometidas y emprendedoras son las únicas capaces de llevar a cabo proyectos innovadores con éxito, generar conocimiento, resolver problemas y además disfrutar con ello.
Estos tipos de empleados, para ascender dentro de la empresa, empiezan a construir su marca personal, el cual lleva su tiempo. No es algo que se consiga inmediatamente, sino que en principio se debe que considerar tres aspectos importantes: 1 Plantear objetivos, ofreciendo algo que sea útil. Para poder distinguirse de los demás, son capaces de demostrar que lo que hacen es útil, y hacen saber a sus empleadores de sus conocimientos, y que son valorados, en comparación con los demás. 2 Son honestos en lo que comunican y reconocen sus habilidades y limitaciones, salvando su reputación. Y 3 Se dan a conocer para ser tomados en cuenta, procuran ser auténticos, generan empatía con las demás personas y logran que sean apreciados, tanto como persona como por sus labores.
Las claves para la construcción se llevan a cabo a través estos pasos: 1 considerarse como producto para tener una estrategia de mercadeo personal y, a la hora de solicitar un empleo, el aspirante es cuidadoso en investigar, sus aptitudes y formas de mejorar, que puede ofrecer, que oportunidades tendrá y que retos puede asumir. 2 Colocarse en el mercado, perfeccionando las cualidades y afinando las estrategias de promoción para conseguir la atención a los reclutadores. 3 Definir la propuesta: asegurarse de tener todas las habilidades necesarias para realizar la propuesta. Se autoevalúa y mejora sus competencias, y procura que sus publicaciones en redes sociales y su hoja de vida estén alineados y sean coherentes. 4 Publicación de la imagen: promociona sus habilidades y experiencia en distintas plataformas, bases de datos de agencias de empleos, redes sociales profesionales y eventos con colegas del sector. 5 Forma de promoción: trabaja en sus mensajes y los adapta a la plataforma donde se tramitará, evitando la exageración de su experiencia y sus cualidades.
Para culminar, por parte del empleador: promover el intraemprendimiento en el seno de una empresa es una buena forma de innovar. Y por parte del trabajador: cuando el crecimiento personal y el profesional van unidos, se produce una elevada armonía en el empleado que, unido a otros factores, construyen de forma gradual un elevado nivel de compromiso del trabajador con respecto a la organización de la que forma parte y a la misión que desempeña.
Moisés Bittán
Director de Finantop
@moisesbittan