Economía del caucho: lecciones y paralelismos

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Malasia es uno de los mayores productores del mundo de caucho natural

Se denomina caucho al jugo o látex de una variedad de plantas o árboles de gran tamaño, como las heveas, el guayule, el ficus elástico, y la castilloa ulei, entre otras. Actualmente también se fabrica sintéticamente. El látex recolectado, compuesto por un porcentaje de hidrocarburos, destacándose el producto comercialmente conocido como isopreno o monómero de caucho, recibe un tratamiento con el fin de solidificarlo a través de evaporación o también a modo de coagulación, ahumados, u otros procesos.

Su aplicación es muy variada. El caucho es ampliamente utilizado en la fabricación de neumáticos, artículos impermeables y aislantes, por sus excelentes propiedades de elasticidad y resistencia ante los ácidos y las sustancias alcalinas. Es repelente al agua, aislante de la temperatura y de la electricidad. Se disuelve con facilidad ante petrolatos, bencenos y algunos hidrocarburos.

Ante de la conquista, los aztecas usaban una pelota que rebotaba y los mayas crearon los primeros zapatos de goma que se conocen. Su origen es netamente americano, principalmente de la inmensa cuenca hidrográfica del río Amazonas, siendo explotado mayormente en Brasil, Perú y algunas zonas de Ecuador, Bolivia

La Fiebre del caucho (1879-1912) constituyó una parte importante de la historia económica y social de países amazónicos, como Brasil, Perú, Bolivia, Colombia y Ecuador y estuvo relacionada con la extracción y comercialización del caucho. Tuvo como centro a la región amazónica, acelerando dramáticamente su proceso colonizador, atrayendo riqueza y causando transformaciones culturales y sociales, además de dar gran impulso a ciudades amazónicas como Iquitos en el Perú, Belén de Pará y Manaos en Brasil. Sin embargo, con el impulso de crecimiento de algunas ciudades amazónicas, a su vez también ocasionó fuertes abusos sobre la población indígena local y sobre explotación de otros recursos de la región.

La demanda de caucho amazónico comenzó a crecer de forma espectacular cuando una norteamericana descubrió la vulcanización, proceso que endurece la goma suficiente como para ser usada como neumáticos para vehículos. Este paso condujo a una empresa líder de la industria automovilística ubicada en Detroit, a la primera producción en grandes series.

Al concluirse la construcción de la línea férrea Madeira-Mamoré en 1912, la Amazonia ya estaba perdiendo la primacía del monopolio de producción porque los árboles del caucho plantados por los ingleses en Malasia, Ceilán y en el África sub-sahariana, con semillas extraídas de contrabando de la propia Amazonia, pasaron a producir látex con mayor eficiencia y productividad, abaratando los costos y bajando los precios. Adicionalmente, las plantaciones de caucho empezaron a difundirse en zonas bajo control colonial europeo dotadas de ferrocarriles y carreteras adecuadas, cercanas además a amplios puertos (a diferencia de la larga y costosa travesía del caucho por el río Amazonas), lo cual causó que los principales consumidores de caucho del mundo (Europa y Estados Unidos) redujeran drásticamente sus compras de caucho sudamericano desde 1910. Como resultado, en la Amazonia y el resto de américa se reflejó un estancamiento de la economía regional, producto de la crisis del caucho.

En la Segunda Guerra Mundial del caucho, entre 1942 y 1945, la Amazonia viviría otra vez su auge, sin embargo, no duró mucho tiempo. Debido a que las fuerzas japonesas lograron dominar militarmente el Pacífico Sur durante los primeros meses de 1942 e invadieron Malasia, tomando el control de las zonas caucheras de Asia y haciéndoles perder a los países aliados casi el 97% de la producción de caucho asiático.

En el afán de solucionar el problema de desabastecimiento de caucho que estaban sufriendo las Fuerzas aliadas, el gobierno brasileño pactó un acuerdo con el gobierno estadounidense (Acuerdo de Washington), que desencadenó una operación a gran escala de extracción de látex en la Amazonia que fue conocida como la batalla del caucho.

Miles de trabajadores de varias regiones de Brasil se lanzaron a la arriesgada aventura de extraer el apreciado látex. La región experimentó la sensación de riqueza y pujanza.

El dinero volvió a circular abundantemente en Manaos, Belén, y en ciudades y poblados vecinos, fortaleciéndose la economía regional. El órgano internacional Rubber Development Corporation (RDC), financiado con capital de los industriales estadounidenses, costeaba los gastos de desplazamiento de los migrantes.

La finalización de la Segunda Guerra Mundial significó el fin de la bonanza. Miles de trabajadores del caucho quedaron abandonados en la Amazonia y otros pocos pudieron regresar a sus pueblos de origen.

Actualmente, Malasia es uno de los mayores productores del mundo de caucho natural. Estas naciones surasiáticas producen alrededor del 90% de la oferta internacional de caucho natural. África aporta alrededor del 5%. América apenas proporciona el 2% de este rubro.

Debido a su creciente demanda a nivel internacional especialmente en China e India, el cultivo del caucho representa una oportunidad para el desarrollo agrícola, pero sin avivar con el mismo ímpetu del pasado la idea de la riqueza fácil depredadora de los recursos naturales y de la moral de algunas personas y entes receptoras de estos súbitos e ingentes ingresos. El caucho no volverá a tener el valor estratégico de principios del siglo pasado.

Otrora fue el caucho y hasta hace unos meses lo fue el petróleo; el hecho ineluctable es que las materias primas tienden a ser sustituidas o complementadas por otras cuyo componente tecnológico abarata su valor; de allí la importancia de diversificar las actividades económicas y apuntalar a las naciones con conocimientos y valores que trasciendan a la quimera rentística y a una coyuntura que mal aprovechada termina siendo perjudicial para muchos y enriqueciendo a unos pocos.

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