El FMI como institución financiera mundial

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Para llevar a cabo el sistema monetario internacional, es decir, el sistema de pagos internacionales y tipos de cambios de las monedas que permite la actividad económica entre los países, se requirió la creación de un ente multilateral especializado.

Para llevar a cabo el sistema monetario internacional, es decir, el sistema de pagos internacionales y tipos de cambios de las monedas que permite la actividad económica entre los países, con el agregado de requerir financiamientos temporales a aquellos países que lo necesiten para poder cubrir los problemas de balanza de pagos, se requirió la creación de un ente multilateral especializado, como lo es en la actualidad el Fondo Monetario Internacional, FMI, creado mediante un tratado internacional en 1945 para contribuir al estímulo del buen funcionamiento de la economía mundial, con el fin de evitar las crisis en el sistema, alentando a los países a adoptar medidas de políticas económicas bien fundadas para subsanar los problemas de sus economías internas.

Los fines del FMI, según su Convenio Constitutivo, incluyen el fomento de la expansión y el crecimiento del comercio mundial, la estabilidad de los tipos de cambio, la evitación de devaluaciones cambiarias competitivas y la corrección ordenada de los problemas de balanza de pagos de un país.

El Fondo se enfoca principalmente en la orientación de políticas macroeconómicas: centrándose en medidas políticas que tienen que ver con el presupuesto público, la gestión de las tasas de interés, el dinero y el crédito, y el tipo de cambio, así como la política del sector financiero: como la regulación y supervisión bancarias y de otras entidades financieras. Presta atención a las medidas de carácter estructural que influyen en los resultados macroeconómicos, comprendida la política del mercado laboral que repercute en el empleo y el comportamiento de los salarios. Asesora a los países miembros sobre la manera en que pueden mejorarse las medidas aplicadas en estos sectores para alcanzar de manera más eficaz objetivos de política fiscal, monetaria y cambiaria.

Mediante la labor que realiza para fortalecer el sistema financiero internacional y acelerar la lucha contra la pobreza, además de promover las medidas bien fundadas de política económica en todos los países miembros, el FMI contribuye a que la globalización funcione en beneficio de todos.

La labor de este ente ha ido evolucionando a medida que la dinámica de la economía mundial desde 1945 planteaba nuevos desafíos. Desde principios de los años noventa, sobre todo, la creciente integración internacional de mercados y economías, ha planteado enormes desafíos económicos. El FMI ha reaccionado mediante la introducción de reformas que tienen por objeto reforzar la arquitectura del sistema monetario y financiero internacional a través del marco de normas e instituciones, y la promoción de su propio aporte a la prevención y solución de las crisis financieras, haciendo nuevo hincapié en las metas de fomentar el crecimiento económico y de reducir la pobreza en los países menos competitivos del mundo.

Una de las reformas adoptadas por el FMI es la aprobación de su estructura de gobierno, cuyo elemento central fue la duplicación de las cuotas del Fondo, que dará lugar a un traspaso de 6% de las cuotas relativas hacia los países de mercados emergentes y en desarrollo dinámicos.

La mitad de ese traspaso proviene de las economías avanzadas, en su mayor parte de Europa, pero también de Estados Unidos. Un tercio proviene de los países productores de petróleo, como Arabia Saudita, por ejemplo. De modo que, en total, el 80% de la redistribución proviene de los países avanzados y productores de petróleo. Solo 20% se traspasa desde otros países emergentes. 110 países miembros de un total de 187 tendrán un aumento de su cuota relativa o la mantendrán. Si se observa cuáles son esos 110, se ve que 102 son países emergentes o en desarrollo.

Asimismo, se aprobó la redistribución significativa del poder de voto hacia los países de mercados emergentes y en desarrollos dinámicos y la designación del Directorio Ejecutivo más representativo mediante elección.

Las naciones en desarrollo más pobres mantendrán su voz dentro del FMI, ya que se preservará su proporción de votos. Se lleva por consiguiente garantizar la protección de los países más pobres: ¡como debe ser! Se prevé que el aumento y la redistribución de cuotas entren en vigor antes de las Reuniones Anuales del FMI y del Banco Mundial, que se celebrarán en octubre de 2012.

Hay mucho trabajo por delante, en el cual entraría en escena el FMI. A corto plazo se tiene la necesidad de financiamiento a bancos y entidades soberanas, particularmente en algunos países vulnerables de la Zona del Euro, tal como hemos visto recientemente con los casos de Grecia y Portugal. En otros países el financiamiento es menos problemático, pero no deja de ser una preocupación. Según un escenario de referencia, los mayores costos de financiamiento y el saldo creciente de la deuda pública harán que aumenten los pagos de intereses en la mayoría de las economías avanzadas. Si la reducción del déficit continúa de acuerdo con lo proyectado, los costos por concepto de intereses deberían permanecer en niveles en general razonables, aunque se precisará un avance mucho mayor de las estrategias de consolidación fiscal a mediano plazo en EEUU y Japón, para evitar riesgos de deterioro de la estabilidad financiera y para preservar la confianza, al igual que las autoridades chinas ajusten su moneda, el yuan, de la subvaluación en la que se encuentra. En Japón, la prioridad fiscal inmediata es apoyar la reconstrucción tras el terremoto, y a su debido tiempo volver a prestar atención a la consecución de las metas de consolidación a mediano plazo. Hay que estar atento ante la situación del Medio Oriente y norte de África. En tanto, el futuro de los países de América Latina y el Caribe es sobresaliente -salvo los casos de Haití y Venezuela- dadas las condiciones externas favorables, la expansión a un ritmo sólido de su actividad económica actual y, políticas macroeconómicas coherentes con sus realidades.