La Organización Internacional de empleadores: Prioridades empresariales en Iberoamerica

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El Mundo

Por Moises Bittán

Desde su creación hace noventa años, la Organización Internacional de Empleadores (OIE) ha sido reconocida como la única organización que representa en el plano internacional los intereses del empresariado en el ámbito de la política socio-laboral. Actualmente está formada por 148 organizaciones nacionales de empleadores en 141 países.

La misión de la OIE consiste en promover y defender los intereses de los empleadores en los foros internacionales, y en particular en la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y para ello procura asegurarse de que la política socio-laboral internacional promueve la viabilidad de las empresas y establece un entorno propicio para el desarrollo empresarial y la creación de empleos de calidad que dignifiquen a los trabajadores.

Los Presidentes de las Organizaciones de Empleadores Iberoamericanas Miembros de la OIE se reúnen para definir una estrategia regional para los días 30 de noviembre al 1 de diciembre de 2010. La XXI Reunión de Presidentes de las 21 organizaciones miembro de la OIE en América Latina, España y Portugal tendrán reuniones esos dos días en Buenos Aires para reflexionar acerca de las prioridades empresariales en la región. Los puntos a tratar, de acuerdo al estricto protocolo, son:

  • La evolución del marco político en la región y su impacto en las empresas
  • Propuestas empresariales para reducir la economía informal.
  • Plan de acción regional para un enfoque integrado de las comunicaciones
  • Propuestas empresariales para el programa de trabajo de la OIT en la región.

Voy a resaltar algunos  aspectos atinentes a la economía informal:

Sabemos las consecuencias de tener elevados niveles de informalidad y estas tienen un efecto negativo, principalmente debido a que estos emprendedores operan muchas veces fuera de las esferas de la legalidad. La informalidad está también ligada a la pobreza: un trabajador desvinculado del salario efectivo, lo está también de otras condiciones relacionadas con el trabajo formal: seguridad social, acceso al crédito, etc., razón por lo cual es más vulnerable a los vaivenes de la economía que el trabajador con una remuneración constante. Informalidad significa la pervivencia de un sistema de reglas que da vida a la sociedad y en medio de las cuales el recurso humano, indispensable para el trabajo formal, se deteriora, con importantes implicaciones sobre el potencial de crecimiento económico de una sociedad.

Las ventas informales como actividad económica, se asocian serios problemas que son expresión del deterioro social: mala calidad e improductividad del trabajo, delincuencia, niñez abandonada y trabajo infantil. Estos problemas afectan de forma compartida tanto a los comerciantes formales como a vecinos, transeúntes peatones y trabajadores de la zona. Sin embargo no solo hay grupos afectados por el crecimiento del comercio informal. Otras ramas de actividad económica, aguas arriba, reconocen en esta actividad un potencial de negocios importante al significar un descentralizado y eficiente contingente de vendedores. De igual forma delincuentes, mafias, y otros grupos, se benefician de la aparente anarquía que prevalece en las zonas donde prolifera esta actividad.

Como propuesta a esa problemática planteamos que es el Gobierno quien debe estimular el acceso a la estructura económica funcional, a todas aquellas iniciativas empresariales o comerciales, a través de la facilitación de los trámites necesarios para darle ayuda financiera, asesorías, consultas y estímulos suficientes, estables y transparentes, de mecanismos de orden nacional y local debidamente armonizados, así como la necesaria voluntad política y de capacidad local para reubicarlos e incorporarlos a los sistemas formales, con reconocimiento de su condición humana y social; para así comprometer, de tal manera, a los interesados con la estructura económica formal; además, la importancia de la pequeña y mediana empresa como unidades de producción de bienes y servicios en nuestro país, justifica la necesidad de dedicar un espacio a su conocimiento, debido a que desarrollan un menor volumen de actividades. Las pequeñas y mediana empresas poseen mayor flexibilidad para adaptarse a los cambios del mercado y emprender proyectos innovadores, que resultan una buena fuente generadora de empleo, sobre todo, a profesionales y demás personal calificado.

El Ejecutivo nacional posee el suficiente apoyo político para decretar, una política de empleo con la coordinación entre diversos organismos públicos, para así poder asistir de manera masiva a las personas que poseen ideas y destrezas, capaces de mover los engranajes del sector productivo del país, a través de la pequeña y mediana industria.  Adicionalmente, Si el Gobierno a mediano plazo establece políticas para la desconcentración poblacional, sería un medio de gran valía para ayudar al fortalecimiento de la economía formal.

Otro aspecto importante es la creación inmediata u optimización de un sistema de coordinación entre el SENIAT y la Guardia Nacional Bolivariana, con la finalidad de disminuir los índices de contrabando que es la causa inmediata y creadora del crecimiento de la economía informal; y como última propuesta considero que en la actualidad el estado venezolano debe impulsar la diversificación de las fuentes generadores de bienes y servicios para generar empleos dignos y sentar las bases de una economía sólida y cada vez menos dependiente de la actividad petrolera, en ese sentido los gremios tienen mucho que aportar en la formulación de políticas públicas que estimulen la creación de nuevas plazas de trabajo y riqueza: Base imponible fundamental en la distribución del ingreso, erradicación de la pobreza y disminución de los elevados índices delictivos.