Implicaciones de la anomia en la actividad económica
Consorcios de exportación
Las relaciones económicas, migratorias, culturales y de diversa índole de Venezuela con el estado de la Florida, en los Estados Unidos, han sido muy significativas en las décadas recientes y han inducido, en cierta medida, el crecimiento particularmente del Sur de la Florida.
Es a partir de los años sesenta que se inicia una transformación urbana en ese extremo meridional de la península de la Florida, con las llegadas masivas de cientos de miles de inmigrantes, particularmente de origen cubano, en esos tiempos, los venezolanos, que disfrutaban de una economía de alto crecimiento, baja inflación y estabilidad política, comenzaron a hacerse asiduos visitantes de la Florida por sus diversas atracciones. Posteriormente, con el control cambiario y devaluación del bolívar para los primeros años de la década de los ochenta, las cifras de visitantes descendieron dramáticamente induciendo una gran contracción económica.
Para la época se presentó un auge de compra de viviendas vacacionales en diversas áreas de Miami, sobre todo en Kendall, Brickell, Miami Beach, Fort Lauderdale, Pomano y Aventura. A muchas familias venezolanas se les presentaron la oportunidad de invertir en apartamentos y otras unidades residenciales en el Sur de Florida, como viviendas alternativas, que en aquella época eran económicas y contaban con facilidades de financiamiento. Todo el panorama cambió en Febrero del 1983; miles de compradores, frenados por el control de cambio, perdieron sus propiedades al no poder pagar oportunamente sus hipotecas. Los años 80 fueron de contracción en Miami, sin embargo, comenzó a mejorar la situación en los años noventa, aunque la mayoría seguían viajando en plan de visita, y muy pocos para invertir. Para 1992 el azote causado por el huracán Andrew y destrucción de miles de viviendas, y por otro lado el relativo deterioro de la situación económica y política de Venezuela, comenzó a incrementar paulatinamente la visita de venezolanos, con el fin de explorar el mercado de trabajo, instalar empresas y residenciarse con sus familias en Miami. La emigración aumentaba para los años posteriores a la crisis bancaria 1994-95, cuando se comenzaron a cerrarse los horizontes laborales para muchos profesionales en Venezuela.
En los últimos quince años se ha visto un cambio estructural en la inmigración venezolana, ingresando anualmente alrededor de cuarenta y cinco mil personas con visas clasificadas como de trabajo y unas diez mil anuales ingresan para estudiar; llegando a establecerse, fundamentalmente, en el gran Miami (Dade-Broward ), Orlando y Tampa. Casi cien mil personas han adquirido su residencia permanente en los Estados Unidos, de las cuales unas cincuenta mil se encuentran en Florida. Igualmente hay que destacar que más de cuarenta y cinco mil personas, venezolanas, han adquirido la nacionalidad estadounidense, mostrando una tendencia rápida creciente. Si bien, en los años noventa las estadísticas de nacionalizados eran de cientos al año, en los cuatro últimos años se han visto alrededor de siete mil personas por año, lo que indica una clara y rápida tendencia expansiva de venezolanos que emigran a los Estados Unidos. Están cifras no incluyen a muchos venezolanos que se encuentran con un estatus inmigratorio irregular lo que incrementa más aún la presencia de venezolanos en el país de norte y en particular en Florida.
En Florida se está consolidando una comunidad nacional prominente. Lo evidencia el creciente número de negocios que abren, en la aparición de venezolanos como candidatos en elecciones locales -como el caso de la ciudad de Doral en el condado de Dade cuyo alcalde es de origen Venezolano- de algunas de las ciudades donde su presencia es más evidente y en la proliferación de nombres e imágenes familiares para la gente de Florida, en la prensa, radio y televisión local.
Ahora bien, Miami sigue siendo un gran centro de atracción para el capital extranjero, convirtiendo a la ciudad en un gran polo de desarrollo, y puntera en la recuperación de su economía. Sus atractivos son buscados por los que desean un ambiente distinto, ligado al descanso, la diversión; mientras que su centro financiero, puerto, aeropuerto y negocios internacionales permite disfrutar de sus encantos y desarrollar negocios de múltiples grandes y pequeños empresarios.
Superado el colapso hipotecario en los Estados Unidos de hace cinco años acompañado con una caída de los precios de los inmuebles, han aumentado las inversiones considerablemente, estimuladas por inversionistas extranjeros, haciendo que los precios se hayan estabilizado dando paso a una lenta recuperación de los mismos y de forma inequívoca los constructores y promotores urbanísticos locales que sobrevivieron la crisis han comenzado a anuncia construcciones de nuevos condominios.
Hoy en día se siente optimismo en el sector de la construcción. La economía local comienza a mirar las perspectivas de futuro con esperanza y convicción. Miami vuelve a ser foco de atención para las grandes inversiones internacionales. El puerto de la ciudad está construyendo un túnel bajo el río, para dar salida directa a las autopistas a los camiones de carga y así evitar el congestionamiento del Downtown. En Midtown el desarrollo también es impresionante con nuevos condominios y centros culturales.
Además de destacar que Miami ha sido por años una de las ciudades más atractivas para hacer negocios entre los latinoamericanos, igualmente se está trabajando para convertirla en un centro de innovación empresarial y desarrollo de nuevas empresas. Los estudios realizados evidenciaron que la capacidad emprendedora es algo que la ciudad tiene que impulsar más para seguir su manteniendo su competitividad que ya es de clase mundial debido a la conjunción de un ordenamiento jurídico estable y eficiente con una infraestructura de vanguardia que fomenta las mejores condiciones productivas.
@moisesbittan