Infraestructura: Competividad y Equidad
Chacao: Inseguridad rampante, deterioro y prostitución
Muchos municipios venezolanos pueden aprovechar sus ventajas para atraer voluntades
Quizás, producto de mis nuevas responsabilidades como presidente de CavePerú y, recordando aquel documental, que data de unos tres años, de la Marca Perú donde un grupo de reconocidos cocineros peruanos llega en un autobús bien acondicionado al pueblo Perú en el estado de Nebraska en los Estados Unidos y se redescubren con aquel pueblo homónimo a su país de origen, sentí especial interés -derivado de mis frecuentes viajes por el estado Falcón- por conocer más a fondo un asentamiento rural llamado El Perú, ubicado en el Municipio Tocópero. Si bien no me ofrecieron Ceviche con camote -batata dulce-, logré degustar una deliciosa arepa de maíz pelado con natilla típica de la zona.
El estado Falcón posee una superficie de 24.800 Km2, que representa 2,81% del territorio nacional; siendo su capital Santa Ana de Coro, y contando entre sus centros poblados con: Punto Fijo, Punta Cardón, Tucacas, Dabajuro, Capatárida, Sanare, Mene de Mauroa, Churuguara, Mirimire y Chichiriviche, muchas de estas poblaciones son ampliamente conocidas a diferencia del humilde caserío El Perú que evoca a primeras luces a su homónimo país suramericano. El número de habitantes en Falcón, basado en las proyecciones demográficas para finales de este año 2014 se ubicaría en el millón habitantes.
En dicho Estado, como ya mencioné, se encuentra municipio Tocópero, como uno de los 25 municipios cuya superficie geográfica es de las más pequeñas de la geografía falconiana, cuenta con una población, según la INE al 2014, de 5.837 habitantes, se encuentra ubicado en el litoral Centro Norte del estado Falcón, con una superficie territorial de 96 Km2 a escasos 42 Km de distancia al extremo Este de la ciudad de Coro. Este municipio está dotado de un impresionante paisaje, donde se conjuga con el carisma y la humildad de su gente quienes promueven sus tradiciones y la superación, contando con bellezas naturales, culturales y artísticas, con valles, playas, montañas y el río Ricoa que desemboca al mar Caribe.
Tocópero fue inicialmente un asentamiento de indios caquetíos y su nombre deriva de un vocablo indígena, con el cual se identificaba la tribu asentada en la zona. Su nombre fue preservado durante el triunfo de la revolución federal. Sin embargo, Tocópero, que hasta entonces había sido una parroquia del cantón Cumarebo, pasó a ser municipio y denominado “municipio Lugo”, en honor al General Juan Cesáreo Lugo, Tocopereño de nacimiento, quien murió en combate en el año 1860 durante la toma de Barquisimeto. El municipio restaura su nombre de origen a principios del siglo XX, por motivaciones políticas. Tocópero formó parte de la Jurisdicción del Distrito Zamora como parroquia foránea, y posteriormente como Municipio por iniciativa de una asociación civil de carácter privado y promulgado por la Asamblea Legislativa del Estado Falcón, a partir de noviembre de 1993.
Su actividad económica se deriva de la agricultura, pesca, artesanía y ganadería y el turismo comienza emerger como una opción. Dentro de sus potencialidades se destacan extensas planicies para el desarrollo agrícola y ganadero, así como también costas abiertas al mar Caribe lo cual lo hace accesible al desarrollo pesquero, además de puestos de trabajo en la industria cementera, la artesanía y el intercambio de comercio artesanal con la isla de Curazao cuyas emisoras radiales se escuchan al norte de dicho municipio. Por su diversidad en el relieve entre costas y montañas lo destaca como una opción para el desarrollo turístico, actividad que requiere del apoyo varios entes públicos y la iniciativa privada.
Debemos añadir que Tocópero se perfila con un amplio potencial turístico: ya cuenta con un sector a orillas de la carretera Morón-Coro que funge como mirador -y posee restaurantes y una venta de artesanías- desde donde se aprecian sus áreas de montaña, costeras, sabanas, valles y el potencial para desarrollar una infraestructura acorde para el desempeño de estos fines. En el agro: prevalece la pesca artesanal, la ganadería (vacuno, porcino, caprino, bobino), la agronomía con la siembra leguminosa, cocotales y el procesamiento de dicho producto, cultivo de melón, pimentones, ají, lechosa, productos estos que son comercializados dentro del municipio y a nivel nacional. En el sector comercio, el municipio cuenta con una farmacia, una confitería, varios restaurantes, abastos de víveres, y algunos centros de copiados e impresiones. En el ámbito industrial se cuenta con una camaronera y servicios conexos, una procesadora de coco y diversas pequeñas empresas dedicada al procesamiento de lácteos (queso, natilla y suero). Se refleja la práctica de la artesanía (Elaboración de hamacas, alpargatas, cerámica, artículos de maderas), la elaboración y venta de esculturas en piedra de arcilla, la venta de plantas xerófitas, la práctica de cultivos tradicionales y artesanales. Todas estas prácticas se realizan a lo largo y extenso del municipio.
Más allá de los aspectos pintorescos, de las carencias y los retos que les puedo comentar de El Perú falconiano y, las acciones que en materia de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) nuestra Cámara va a emprender con nuestros connacionales tocopereños y los habitantes peruanovenezolanos que allí residen, deseo destacar el hecho de que muchos de nuestros municipios venezolanos pueden aprovechar sus ventajas comparativas y competitivas para atraer voluntades de diversas latitudes de manera autónoma que potencien su progreso y su respectiva inserción en las corrientes integracionistas de nuestro continente, ello no va en menoscabo en solicitar mayor inclusión en la formulación de las políticas estadales y nacionales. Hay que persistir en sumar voluntades del sector público y privado para fomentar la creación de nuevas instituciones y apuntalar las ya existentes para proyectar los atractivos de nuestras regiones y sus valores locales.