Vivero de empresas: semillero de oportunidades

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El Estado debe formular políticas públicas para la proliferación de estos espacios.

Un vivero o incubadora de empresas es un espacio físico especialmente diseñado para acoger empresas de nueva creación, donde los emprendedores pueden disponer de unas instalaciones y servicios a precios más reducidos que los del mercado. Los viveros tienen como objetivo favorecer y apoyar las nuevas iniciativas empresariales innovadoras. Están dirigidos a todos los emprendedores, con inquietudes de crear una empresa viable, que genere empleo y que aporte innovación en el terreno de la industria y las nuevas tecnologías. A través de los viveros, las empresas, en sus etapas iniciales, obtienen múltiples beneficios: formación, asesoramiento, ayuda financiera, etc. Además, los viveros incentivan la cultura de la innovación, promoción empresarial y formación de nuevos emprendedores. En fin, los viveros se conforman como un instrumento básico en el proceso de incubación y fortalecimiento de la microempresa y de las Pequeñas y Medianas Empresas (Pyme).

Los viveros de empresa ejercen una labor muy importante y pueden constituir una opción para combatir los efectos negativos económicos y sociales, como el desempleo, desabastecimiento, la demanda insatisfecha, etc., así como para fomentar la contratación de dichas empresas por entidades públicas y privadas, a un bajo costo. Asimismo, posibilitan el desarrollo económico de las zonas donde se instalan y contribuyen en gran medida a reducir las tasas de mortandad de las empresas en sus primeros años de vida. Los viveros de empresas son concebidos como lugares en donde los proyectos que inician su actividad pueden acceder a servicios de infraestructura, capacitación, apoyo y seguimiento del plan de negocios durante poco tiempo, generalmente de dos a tres años, o tal vez un poco más, dependiendo del tipo de desarrollo emprendido por la empresa incubada. Durante ese lapso, la empresa tiene la posibilidad de introducirse en el mercado y establecer las relaciones necesarias para desarrollarse, al tiempo que accede a un costo y a un riesgo mucho más bajo al que resultaría de implantarse fuera de la incubadora o vivero de empresa.

En una nación donde la cultura empresarial tiene cabida en la participación económica y social regional y del país, los viveros ofrecen, especialmente a los jóvenes emprendedores, oficinas equipadas a bajo costo, salas de reuniones, salón de actos y servicios de reprografía y comunicaciones. Además, los emprendedores cuentan con asesoramiento y apoyo técnico en el proceso de creación de la empresa, servicios de asesoría jurídica, fiscal, laboral y contable, así como asesoramiento empresarial en orientación al negocio, diseño de prototipos, protección intelectual e industrial de productos, promoción de la empresa y contratación de trabajadores. Los viveros normalmente disponen de un servicio de información empresarial en subsidios y líneas de financiación, cursos de formación, ferias y misiones comerciales, legislación, información y noticias de interés para el emprendedor.

Así como el objetivo principal de los viveros de empresas está enfocado en alentar, desarrollar y consolidar ideas de negocio novedosas o impulsadas por algún colectivo con mayores dificultades para lanzar su proyecto, existen otros objetivos complementarios: 1 Favorecer el modelo de desarrollo empresarial local; 2 Dinamizar el tejido empresarial; 3 Ofrecer un entorno que añada valor a las empresas que se ubican en él; 4 Favorecer la creación de puestos de trabajo; 5 Apoyar a las buenas ideas de negocio, que resulten innovadoras; 6 Contribuir a la dinamización de la zona en que la que se levantará el Vivero y 7 Diversificar la estructura productiva local, facilitando la instalación de empresas de carácter innovador.

Desde estas estructuras se potencian empresas innovadoras, que alienten la creación de puestos de trabajo estables, muchas veces englobados en los nuevos yacimientos de empleo. Las características más comunes que tiene este tipo de empresas son: 1 Cubren necesidades sociales insatisfechas; 2 Se configuran en mercados incompletos; 3 Tienen un ámbito de producción o prestación localmente definido y 4 Tienen un alto potencial en la generación de puestos de trabajo.

Las ventajas para el emprendedor son varias: 1 Ahorro en costos iniciales de infraestructura; 2 Disposición de un entorno que ofrece un valor añadido a las actividades que se desarrollan en él; 3 Disponibilidad del asesoramiento técnico y jurídico por parte de especialistas y 4 Disminución de posibilidad de fracaso de las empresas establecidas en viveros. A favor de la sociedad, tenemos: 1 Dinamización del tejido empresarial en la zona donde se ubique; 2 Asentamiento de la población como consecuencia del desarrollo económico que se produce y 3 Oportunidad de empleo.

Los viveros de empresas son pieza clave para el desarrollo de un verdadero ecosistema emprendedor y la creación del mismo. Es uno de los retos más importantes que debe acometer toda política de incentivo de la actividad emprendedora. Siempre se ha considerado al emprendedor como el principal agente del desarrollo económico, porque el propio desempeño de su actividad produce un impacto positivo localizado, reflejándose directamente en los siguientes factores: empleo, innovación, productividad y cohesión social, así como en el crecimiento y desarrollo económico.

Las Pymes, en general, son dinamizadoras de oportunidades, especialmente en las economías emergentes, por lo que es necesario mostrar especial interés en su creación, promoción y desarrollo. Los viveros de empresas apoyan y dan soporte a las Pymes novedosas, en aquellas sociedades donde el grado de dificultad es mayor para emprender por cuestiones de diversa índole es donde el Estado está llamado con mayor ahínco a formular políticas públicas para la proliferación de estos espacios que son semilleros de oportunidades para el desarrollo de la sociedad.

Moisés Bittán
@MoisesBittan